Perspectiva.

Un error, una equivocación. Sentir que el Mundo se te viene encima, que eres la persona mas desdichada del mundo. Estás ciego, no ves mas allá de tu nariz. Te preocupas demasiado, el hecho de que una milésima de segundo, una palabra mal dicha, mal iterpretada puede cambiarte la vida te aterroriza. Por suerte o por desgracia las cosas son así, así funciona el Mundo, nunca sabrás lo que te encontrarás a la vuelta de la esquina. Entonces ¿Para qué preocuparse? Puedes dar la vuelta  la esquina 100 veces, y a la 101 encontrarte algo diferente, no digo ni bueno, ni malo, ni especial, solo diferente, distinto, como las personas. Por mucho que cueste reconocerlo e incluso verlo, no hay personas ni buenas ni malas, solo diferentes, diferentes circustancias, diferentes puntos de vista, diferentes formas de vivir la vida, de sentirla.

Lo mejor que podemos ofrecer son nuestras propias diferencias, aquellos pequeños detalles que nos hacen especiales.

Algo más que un vínculo.
Increíble. Un sentimiento. Un abrazo. Tantos besos como estrellas en el cielo…
Existe una energía entre nosotros, una fuerza, un “maná”. Sé que nadie lo entiende, ni espero que lo entiendan, después de tanto, tantas cosas, tantos sentimientos, tantas promesas, tantos sueños… Tú eres mi sueño, mi momento, mi maná, la fuerza que hace que cada día me levante con una sonrisa.
A menudo pienso en el destino, me pregunto si en realidad existe o tan solo nos ha juntado la suerte. Ya no quiero otros besos, otros abrazos…
Quizás no crea en el destino, pero creo en ti.

El amor, tan bonito como cruel.

La verdad.

Decimos que queremos saber la verdad, saberlo todo, incluso lo que no nos interesa en absoluto, muchas veces nos metemos donde no tenemos que meternos, sabemos lo que no tenemos que saber, pero cuando realmente llega la hora de saber lo que verdaderamente importa, tenemos miedo, miedo de la verdad, ¿sabes porqué?  Por que la verdad duele. La verdad es fría, dura e incluso cruel. Huimos de la verdad como niños asustados, como si estuviéramos en plena persecución, la verdad y nosotros, nosotros y la verdad cara a cara. Y pocas veces somos capaces de mirar a sus ojos e ir directos al grano, sin rodeos, sin contemplaciones, sin sentimientos… Por que por más que nos hagamos los valientes, por más que busquemos la verdad, no buscamos nuestra propia verdad, nuestra realidad. Preferimos inventarnos, omitir nuestros propios defectos.

¿Ficción o realidad?

Estás perdido. En la inmensidad de la oscuridad. Te invade la soledad. Multitud de preguntas y millones de respuestas, un camino, una decisión, miedo.
Miedo a equivocarte, a cagarla, joderla.. Tan solo una decisión, una oportunidad, una milésima de segundo. Ya nada tiene sentido, nada importa. 
Nos empeñamos en torturarnos, en buscar respuestas a preguntas imposibles, en decidir nuestro camino, en hacer planes, buscamos respuestas en una realidad imaginaria para un Mundo tan real como tú y como yo, un Mundo en el que pocas decisiones importan, y cuando estas llegan, la oscuridad se desvanece. Y es entonces cuando comprendes que  no hay decisiones acertadas ni decisiones equivocadas, solo hay diferentes métodos para alcanzar  un mismo final, el destino. 
Llámalo como quieras, tú defines tu destino.


Déjate llevar, vive y punto.

El dolor.

Existencia inevitable. Nos hace sentir vivos. Sin él estaríamos perdidos, no habría bondad, ni caridad. No existiría lo mejor de nosotros mismos, el perdón, el amor, ni siquiera la amistad. El dolor mueve fronteras, adquiere un poder igualador, no entiende de religión, sexo, edades, raza o clases sociales. Saca lo mejor de las personas, nos hace humanos. Gracias a él valoramos lo que tenemos, aprendemos…
Hay dos tipos: El dolor físico, en mi opinión es el más llevadero… Y luego nos encontramos con el dolor emocional, lo que me hace pensar en los sentimientos, ¿sentimientos? ¿Qué son los sentimientos? Los sentimientos es cuando actúas de una forma irracional, cuando la mayor tontería del mundo duele.

"¿Quién impone los límites?"