La verdad.

Decimos que queremos saber la verdad, saberlo todo, incluso lo que no nos interesa en absoluto, muchas veces nos metemos donde no tenemos que meternos, sabemos lo que no tenemos que saber, pero cuando realmente llega la hora de saber lo que verdaderamente importa, tenemos miedo, miedo de la verdad, ¿sabes porqué?  Por que la verdad duele. La verdad es fría, dura e incluso cruel. Huimos de la verdad como niños asustados, como si estuviéramos en plena persecución, la verdad y nosotros, nosotros y la verdad cara a cara. Y pocas veces somos capaces de mirar a sus ojos e ir directos al grano, sin rodeos, sin contemplaciones, sin sentimientos… Por que por más que nos hagamos los valientes, por más que busquemos la verdad, no buscamos nuestra propia verdad, nuestra realidad. Preferimos inventarnos, omitir nuestros propios defectos.

¿Ficción o realidad?