1.1.11

La esencia.
Ya no era lo mismo, había perdido todo aquello por lo que luchar, ni una triste ilusión, ni una mísera esperanza. A medida que iba perdiendo las ilusiones, las esperanzas, se convertía en una persona fría y lo que era peor aun en una persona egoísta.  Conforme pasaba el tiempo su desprecio hacia lo ajeno aumentaba, ya no sentía lo mismo, ni si quiera recordaba lo que era. Incapaz de ver el vaso medio lleno cayó en la desdicha, solo y amargado.

Quizás la esencia de la felicidad está en el ángulo desde el que miras.

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