29.10.11

Cada suspiro, cada lágrima derramada, cada día gris que eclipsó mi alegría son suyos, para él y ahora para ella, para que sonría, para disfrutar de esos pequeños momentos, esos placeres adictivos de los que luego no puedes desprenderte. Mi piel es suya, y la suya tuya. No se trata de una lucha, ni siquiera de odio o de amor, es un jodido regalo, cógelo y lárgate pronto.

La historia de como convertí el odio en indiferencia;

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